domingo, 24 de julio de 2011

Tantas cosas bonitas que escribes...

Si tienes que olvidar, olvida; si tienes que ser feliz, adelante, no hay nada que te lo impida. Haz lo racional y lo irracional, haz lo posible y lo imposible: Llora y ríe a la misma vez. Haz lo más absurdo de esta vida. Haz lo bueno y lo malo. Haz lo gracioso y lo triste. Haz lo severo y lo pasable. Sé una bocazas o calla para siempre. Comete errores, pasa de todo, saca de quicio a todos. Trágate tus palabras, sé feliz y haz felices a los demás. Párate a pensar y pierde el tren que te lleva a esa felicidad, pero después reacciona y alcánzalo. Enfádate con el mundo, haz que tu garganta no haga más que descojonarse de los problemas que a los demás les acojonan. Haz que tu objetivo sea hacer click en el corazón de alguien. No planees tu vida perfecta, improvísala; 

martes, 12 de julio de 2011

Dicen...

Ese paragüas amarillo...
Dicen que los trenes, nunca pasan dos veces, que cuando se cierra una puerta otra ventana se abrirá. Que los cuentos, sueños son, que si las miradas matasen, habría lista de espera en el cementerio. Que cada siete segundos una pareja de todo el mundo fracasa, que las miradas se valoran más que las palabras. Que los supuestos regresos, nunca salen como uno quiere y que la frase -si te vas, no vuelvas- me persigue. Que escucho esa canción y me obliga cada vez a recordarte, que me hundo, sí, me hundo con tus palabras. Este valiente corazón se está pegando una sobredosis de cobardía, y que menos, que darle la razón. Odio las despedidas montadas en un adiós, las miradas que desprecian, y sobre todo, me odio a mí misma por estar así, sobre una cuerda floja a punto de caer. Y me dicen que no llore, que no merece la pena, y empiezo a darles la razón. Que si me hundo, soy yo la que sufre, y hoy me he cansado de eso, me he cansado.