miércoles, 12 de septiembre de 2012

Un siglo y tres minutos ¿cuándo vas a llegar?


Uno intenta, como puede, sonreír, demostrar que se encuentra bien y que todo pasará. Racionaliza la situación y seca las lágrimas. Se hace a la idea de que nada es eterno y mucho menos seguro, pero no olvida…y es obvio que no olvidará, porque se vive con la mente, las emociones, los procesos mentales, el corazón, el hígado, la piel, los labios, la nariz, los ojos…y hasta el alma; y uno intenta, tontamente, olvidar…








Decís que me merezco algo mejor, lo mejor, pero ya ni se que es lo mejor, solo te aferras a alguien para poder sentir y esperas, solo esperas a que pase y sea mutuo, pero no llega, y añades una decepción mas a la cuenta que llevas arrastrando años.


Ya no quieres simplemente atraer a los demas, quieres ser parte de ellos, quieres ser útil en sentimientos, quieres que te conozcan y rezas, solo rezas para que esa persona lo vea, pero no lo ve, y empiezas a creer que no tienes nada que enseñar, que estas vacía, que no eres como crees que eres, y vuelves al hoyo del que nunca saliste. 
¿Que es lo que me merezco? ¿Y si es esto?... ¿y si ya tengo todo a lo que puedo aspirar?...
Supongo que la cuenta de contras supera a los pros. 
Supongo, que tendré que ... no se. 
Solo esperar a que alguien me conozca bien...

Lo que daría yo por tenerte ahora encima de mi hombro mirando lo que escribo.

1 comentario:

  1. Me encanta está entrada, es preciosa, que suerte tendrá el hombre que tu amor corresponda.
    Un saludo.

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